20 julio 2013

FORMACIÓN COFRADE - LITURGIA (IX)

EL CULTO A LA VIRGEN: MEMORIAS

Como Memorias de la Virgen (obligatorias o libres) celebramos las siguientes:

Como Memorias obligatorias se celebran:

Santa María Virgen, Reina: El día 22 de Agosto se celebra la memoria obligatoria de Santa María Virgen, Reina. Es la prolongación jubilosa de la Solemnidad de la Asunción, ocho días después. Es una memoria instituida por el papa Pío XII en 1954 para realzar la realeza de la Virgen, que no se contradice con su condición de sierva pues fue "el que se humilla será ensalzado". El emplear la Iglesia estos términos de realeza y rey para Cristo hacen que estos términos cobren un nuevo sentido. "La solemnidad de la Asunción se prolonga jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María, que tiene lugar ocho días después y en la se contempla a aquella que, sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre" (MC 6).


Los Dolores de la Virgen: El 15 de septiembre tiene su origen en el apostolado de la orden Servita y fue extendida a toda la iglesia por Pío VII en 1814. Los Siete Dolores de la Virgen, simbolizados en un corazón con siete puñales, son: los padecimientos de Cristo ante la Cruz, la Crucifixión, la muerte en la Cruz, la Lanzada, el Descendimiento, la Piedad y el Entierro. Fue introducida en el calendario universal por el papa Pío VII en el S. XIX siendo Pío X quien la sitúa en el 15 de septiembre. Es una memoria de origen devocional que remonta a la Edad Media. Tiene un gran contenido teológico: recuerda la presencia de María al pie de la Cruz. Al celebrarse al día siguiente de la Exaltación de la Cruz “es una ocasión propicia para revivir el momento decisivo de la historia de la salvación y para venerar junto al Hijo exaltado en la Cruz a la madre que comparte su dolor” (MC 7).


Nuestra Señora del Rosario: Celebrada el 7 de octubre, fue instituida por Pío V tras la victoria de Lepanto sobre los turcos en 1571 y entra en el calendario universal en el S. XVIII. El contenido de la memoria no es la devoción al Rosario sino la Virgen María, presente en el camino de Cristo y en el nuestro.


La Presentación de la Virgen: El 21 de noviembre, Sixto V la extendió a toda la Iglesia en el año 1585. El contenido de la fiesta es la memoria del gozo de la hija de Sion que se consagra totalmente al Señor y hace relación a la “dedicación” que la Virgen hizo de sí misma a Dios teniendo su origen en la dedicación del templo de Santa María la Nueva en Jerusalén. Esta memoria no tiene su base en relatos evangélicos.


Como Memorias libres celebramos otras cuatro:

El Inmaculado Corazón de María: sábado después del II domingo después de Pentecostés y que se celebra al día siguiente al Sagrado Corazón de Jesús. Instituida por Pío XII en 1944 como réplica al Sagrado Corazón de Jesús. Su devoción de remonta al S. XVII y su sentido es evangélico ya que "La Madre medita las palabras y los hechos del hijo en su propio corazón" (Lc 2, 19.51)


Nuestra Señora de Lourdes: 11 de febrero, instituida por Pío X en 1907 para recordar las apariciones de la Virgen producidas cuatro años después de la proclamación del dogma de la Inmaculada, en 1858, a una humilde muchachita francesa llamada Bernardita. Desde entonces Lourdes se ha convertido en lugar de peregrinación y de curaciones milagrosas y en santuario mariano muy importante. Su memoria ofrece la posibilidad de la contemplación de María como fuente de agua viva y medicina de los enfermos.


Nuestra Señora del Carmen: 16 de julio, extendida por el papa Benedicto XIII a toda la iglesia universal. Es un recuerdo a esta advocación en la vertiente contemplativa, como invitación a interiorizar en la oración y en la meditación la fe en Cristo. "María escuchaba la palabra de Dios y la cumplía, meditándola en su corazón" tal como dice la antífona del Magníficat. Recuerda el nacimiento de una Orden religiosa profundamente mariana que la considera madre y hermana.


La Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor: 5 de agosto, hace referencia a la iglesia construida en Roma en honor de la Virgen María, Santa María la Mayor o la Blanca, como réplica romana a la basílica de la Natividad de Belén. Su historia hace referencia al sueño del patricio Juan al cual el 5 de agosto del año 352 y siendo papa Liberio, se le apareció la Virgen para pedirle que construyese una iglesia en su honor en la colina que hubiese nieve. Comunicado el sueño al Papa se dirigen al monte Esquilino donde no sólo había nieve sino que estaba dibujada en el suelo la planta de la iglesia. Históricamente hablando fue el papa Sixto III en el año 433 quien construye la iglesia y la ofrece al pueblo de Dios embellecida por bellos mosaicos. Esta memoria evoca los grandes temas de María como templo de Dios y nueva Jerusalén.


Para terminar no hay que olvidar que el Calendario Romano general no recoge todas las celebraciones marianas correspondiendo a los calendarios particulares con fidelidad a las normas litúrgicas recoger las fiestas marianas propias de las distintas iglesias locales y diócesis sumadas a las que celebran las diferentes familias religiosas.

Gracias a Valladolid Cofrade por la cesión del contenido de este post.
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