21 enero 2009

Banda de CC. y TT. Ntra. Sra. de la Piedad (Salamanca)



La Banda de Cornetas y Tambores “Nuestra Señora de la Piedad” de Salamanca se fundó allá por Noviembre de 1999 al desaparecer otra antigua banda salmantina. Para quienes no lo sepan, "La Piedad" es obra y gracia de su director y fundador - Tito Aparicio - gran músico cofrade y mejor persona, el cual se ha visto rodeado de dos auténticos maestros de la música procesional: José Javier Galiano y Saúl Galiano, los cuales han contribuído a hacer de esta Banda una de las mejores de España.

Hablar de esta banda en mi tierra, Salamanca, puede resultar cuando menos llamativo. Y digo esto, porque además de ser la primer banda que tuvo el "valor" de salir del pueblo para mostrar su música fuera de nuestras fronteras, fue también la primera en poner en positivo el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio de unos chavales a lo largo de todo el año. Y conseguir que esto fuese reconocido dentro del ámbito salmantino tuvo un precio importante para esta formación musical. Desde ser acusada de abandonar a sus hermandades y cofradías hasta ser tachada de pesetera por pedir lo que entendían era justo por el tiempo y calidad de sus obras. De ahí que comenzase a ser vetada por algunas hermandades.

Pero para inri de muchos detractores, resultó que mi querida Banda de La Piedad empezó a gozar de un prestigio y un reconocimiento tal, que raro era el certamen de bandas al que no fuese invitada y lo que es mejor, comenzó a ser contratada para acompañar día y noche a aquellas Imágenes Titulares de cofradías y hermandades del sur de España que entendieron que era todo un lujo que La Piedad tocase tras sus pasos.

Recuerdo con cariño su llegada a Salamanca después de su primer desfile procesional fuera de nuestra tierra. Fue en la localidad sevillana de Pilas el Jueves Santo de 2000. ASí, ciudades de las provincias de Sevilla, Cádiz, Málaga, Jaén, ... han disfrutado de su música en Semana Santa. Y si me refiero a conciertos y certámenes, destacar el ofrecido en la Basílica de la Macarena o en la de la Esperanza de Triana, varios en Munarco o Santa Cecilia (todos ellos en Sevilla) o en Ávila, León, Cáceres, Madrid, Oviedo, Valladolid, Bilbao... y, por supuesto, Salamanca.

En definitiva, querida y reconocida en todos los lugares de nuestra geografía española y por unos pocos salmantinos, en especial por los cofrades de Nuestro Padre Jesús Flagelado, hermandad a la que siempre ha acompañado en Salamanca.

Pero como todo el mundo, como todas las instituciones o asociaciones, siempre hay momentos de gloria y otros en los que las cosas no van también. Se producen relevos generacionales; algunos miembros optan por cambiar de aires o de bandas; los jóvenes dejan de ser tan jóvenes y priorizan sus obligaciones... En definitiva, que "La Piedad" no iba a estar exenta de su época de vacas flacas, que no de su desaparición como algunos desearan. Y he ahí que nos encontramos en ese momento.

Para su director y amigo, Tito Aparicio, es un momento de reflexión y análisis, un momento en el que conviene ordenar las cosas, ilusionar a sus miembros, salir fortalecidos de cara al futuro. Y para ello, que mejor que tomarse un año en blanco, en el que cada uno mire para su interior, haga su propio examen de conciencia, recuerde los buenos y no tan buenos momentos vividos y se de respuesta a esos interrogantes que han contribuido a este bache.

Estoy convencido de que la Banda de Cornetas y Tambores "Nuestra Señora de la Piedad" volverá a estar en lo más álgido de la música procesional, con aires renovados, con ilusiones y sueños por conseguir, con compromisos de esfuerzo y sacrificio, con chicos y chicas que aportarán su buen hacer y también su descarada juventud por y para una banda que no solo es necesaria en Salamanca sino también en otros muchos lugares.


Mucho ánimo a todos sus componentes, en especial a su Director y Directores Musicales, muchas gracias por vuestro trabajo y por los momentos que he compartido con vosotros y os espero la Semana Santa de 2010 con vuestro Concierto de Presentación en la Clerecía.